¿Conoces ese dicho que dice “quien ama, cuida”? Pues bien, cuidar una relación también implica prepararse para el futuro, incluso antes de decir el tan esperado “sí, quiero”. Y aquí es donde entra en juego la terapia de pareja prematrimonial.
¿Te parece una exageración? Puede que lo parezca, pero no te preocupes, te mostraré cómo esto puede ser de gran ayuda para empezar vuestra vida juntos con el pie derecho. Porque, ya sabes, casarse es hermoso y todo, pero también está lleno de desafíos.
Seamos realistas: nadie nos enseña cómo lidiar con todos los problemas que pueden surgir en un matrimonio. Desde pequeñas diferencias hasta los dilemas más peliagudos, como el dinero, los celos o cómo tratar con tu suegra (¡jaja!).
¿Qué pasaría si pudiéramos aprender a lidiar con todo esto? antes ¿Convertirse en un problema? Esto es exactamente lo que la terapia prematrimonial puede proporcionar.
Por cierto, este tipo de terapia no es sólo para aquellos que están en una crisis de relación, ¿sabes? ¡Todo lo contrario! Es para aquellos que quieren conocerse mejor, comprender a su pareja y fortalecer la relación antes de dar el gran paso.
En otras palabras, si estás a punto de casarte, considera esta inversión emocional en tu lista de verificación.
Y si todavía tienes dudas y piensas que esto no es para ti, aguanta y acompáñame, ya que he separado algunos temas para mostrarte cómo la terapia de pareja antes del matrimonio puede ser transformadora.
Abriendo el juego: la comunicación lo es todo
Primero que todo, hablemos de la comunicación. Porque mira, si hay algo que rompe una relación es la mala comunicación.
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Muchas veces creemos que estamos siendo claros, pero la otra persona entiende algo completamente diferente. Y entonces, ¡listo!: empieza el estrés.
En la terapia de pareja prematrimonial, la pareja aprende a escucharse verdaderamente el uno al otro. Parece sencillo, pero escuchar atentamente, sin interrumpir ni juzgar, es un don que no todos tienen desarrollado.
Es como aprender un nuevo idioma: el lenguaje del amor de la otra persona. Además, la terapia ayuda a identificar patrones de conversación que están obstaculizando el proceso. ¿Sabes cuando uno de los dos siempre se cierra y el otro se convierte en el “inspector de sentimientos”?
Bueno, esto es más común de lo que parece. Con orientación profesional, es posible ajustar estos comportamientos. Por último, vale la pena recordar que comunicarse no se trata sólo de hablar, ¿verdad?
También se trata de saber lidiar con el silencio, entender qué hay detrás de las palabras e incluso aceptar que, a veces, la otra persona no reaccionará como queremos, ¡y eso está bien!
Expectativas vs. Realidad
Todo el mundo entra en una relación con un bagaje. Hay gente que espera un matrimonio al estilo de una comedia romántica, con flores todos los días y cero peleas.
La vida real, sin embargo, es un poco más… digamos… confusa. Ahí es donde entra nuevamente en juego la terapia de pareja prematrimonial.
Sirve para alinear expectativas y evitar esas decepciones que aparecen de la nada, sólo porque todos esperaban algo diferente.
Durante las sesiones se habla mucho del futuro: los hijos, el trabajo, las finanzas, la religión, la rutina… Cosas que, cuando no se hablan, acaban convirtiéndose en una bomba de relojería.
Con la mediación adecuada, estos temas delicados resultan más fáciles de abordar. Otro punto importante es que cada uno tenga una idea de lo que es “correcto” dentro de una relación.
Y cuando estas ideas chocan, las cosas se ponen difíciles. La terapia ayuda a crear una visión conjunta, más flexible y menos idealizada.
Aprendiendo a lidiar con los conflictos
La lucha es parte de ello. No hay pareja que no discuta nunca, y si dicen que no lo hacen, probablemente alguien se lo esté guardando para sí, lo cual también es un problema.
El secreto no es evitar el conflicto sino saber afrontarlo. Con la terapia de pareja antes del matrimonio, la pareja aprende herramientas para resolver conflictos de forma saludable. Esto incluye escucha activa, empatía y, lo más importante, respeto.
Hay discusiones que podrían evitarse simplemente haciendo una pausa para respirar. Hay otros que realmente necesitan ser enfrentados, pero de una manera que no se convierta en una guerra.
La terapia enseña la diferencia entre estas situaciones y cómo reaccionar en cada una de ellas. Además, es súper importante aprender a disculparse y perdonar.
No se puede empezar una vida juntos cargando con viejos rencores o pensando que la otra persona tiene que adivinarlo todo.
Fortaleciendo el vínculo
Por último, pero no menos importante: fortalecer la conexión. Porque al final de cuentas casarse significa compartir tu vida con alguien. Y esta conexión tiene que ser fuerte para soportar los altibajos de la vida.
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La terapia de pareja antes del matrimonio ayuda a los socios a entenderse mejor, a identificar lo que los une y lo que los separa.
Es como una intensa actividad emocional, ¿sabes? Una preparación para el viaje que nos espera. Muchas parejas reportan que salen de las sesiones sintiéndose más unidos, más seguros e incluso con más ganas de casarse.
Al fin y al cabo, cuando la base está bien construida todo se vuelve más ligero. Y no tiene por qué ser un negocio eterno, ¿sabes? A veces, unas cuantas sesiones son suficientes para darte ese pequeño empujón que necesitas.
¿Vale la pena invertir?
Entonces, respondiendo a la pregunta del título: ¿vale la pena invertir en terapia de pareja antes del matrimonio? ¡Por supuesto! Es una inversión emocional, personal e incluso práctica. No es gasto, es preparación.